Como indicamos en nuestra anterior post, ‘Los métodos de desinfección más interesantes para tu piscina’, que el agua de nuestra instalación cuente con una calidad óptima es fundamental para un correcto uso y disfrute de la misma. Para ello disponemos de unos sistemas de tratamiento y desinfección del agua que pueden ser manuales o automatizados. En esta entrada vamos a ver los de tipo manual.
Sistemas de desinfección para piscinas manuales
1. Cloro químico:
El primero, y el más conocido es el cloro, que es un agente químico muy activo que actúa por oxidación. Convierte los residuos orgánicos complejos de la piscina, como pueden ser: (piel, pelo, etc), algas y suciedad orgánica variada, en compuestos simples que pueden evaporarse en forma de gas. La desinfección de la piscina con este compuesto es el método más usado, fácil, eficaz y barato.
Las pastillas de cloro son la opción más habitual como tratamiento de desinfección de las piscinas privadas, desde hace unos años ha mejorado mucho esta forma de mantenimiento, ya que las pastillas actuales además de clorar de forma progresiva contienen otros productos que ayudan al mantenimiento del vaso de la piscina, como son bactericidas, alguicidas, cristalizadores, fungicidas, floculantes, etc. Cuando el cloro se aplica al agua requiere, dependiendo del tipo de agua, un mayor o menor período de contacto y una mayor o menor dosis del desinfectante.
Generalmente, un agua relativamente clara, con un pH cerca de la neutralidad, sin muchas materias orgánicas y sin fuertes contaminaciones, requiere de unos cinco a diez minutos de contacto con dosis menores a 1 mg/l de cloro. En cada caso se deberá determinar la dosis mínima requerida para que permanezca un pequeño residuo libre entre 0.4 y 1,5 mg/litro o ppm que asegure un agua exenta de agentes patógenos vivos.
Disponible en diferentes formatos, puede ser líquido o sólido, y éste puede ser en pastillas o en polvo dependiendo de la velocidad de actuación que se precise el la depuración del agua de la piscina en cada momento.
2. Hipoclorito de Sodio:
Otro compuesto clorado que se suele utilizar con gran frecuencia para la desinfección de las piscinas, en forma líquida o en pastillas, es el Hipoclorito de Sodio, que se utiliza con frecuencia como desinfectante y como agente blanqueante. Se obtiene a partir del cloruro sódico en un proceso electroquímico. Se puede administrar a través de una bomba de dosificación.
Su utilización modifica el pH del agua, por lo que es necesario llevar un control de éste. Tiene un gran poder de desinfección en la piscina, es letal para varios microorganismos, virus y bacterias vegetativas. Tiene un carácter residual lo cual favorece su poder desinfectante.
Su principal inconveniente es su coste comercial y su manipulación ya que es altamente corrosivo, y precisa de una instalación de depósitos ventilados y bombas dosificadoras. Aunque esto último desaparecería si se generara en el mismo lugar mediante un proceso físico-químico, tal y como se verá en el siguiente apartado.
3. Bromo:
Tiene una eficacia desinfectante similar al cloro, pero el bromo es más activo a pH elevado. No provoca malos olores ni irrita la piel, los ojos, mucosas, cabello o ropa. También tiene más capacidad de eliminar las algas. Se comercializa en tabletas y también puede ser usado con dosificadores automáticos.
A diferencia del cloro, el bromo es un producto que tiene un elevado coste, pero nos gratifica con las ventajas de no tener malos olores cuando se combina y crea bromaminas, a diferencia del peculiar olor de las cloraminas.
4. Peróxido de hidrógeno:
Por su parte, el peróxido de hidrógeno es un desinfectante líquido, ecológico, libre de cloro, bromo y otras sustancias tóxicas. Se caracteriza por su eficacia y bajo consumo en la desinfección y tratamiento del agua de las piscinas, es además ecológico y sin toxicidad.
Tiene un gran poder, por lo que el agua se mantiene desinfectada incluso en los días de más calor y en el caso de que la piscina sea poco utilizada, el producto tarda más en consumirse, gracias a su efecto depósito.
Pero su principal problema reside en que es necesario de una manipulación especializada, ya que es muy peligrosa. Esto implica que el uso de este compuesto eleve el coste de la instalación además de ser más caro que el cloro.
En la próxima publicación veremos los métodos de tratamiento y desinfección de piscinas automatizados.
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